Por fin te has decidido. Después de mucho tiempo pensándolo, quieres empezar a rentabilizar tu dinero. Ese depósito a plazo fijo del banco cada vez te da menos intereses, y no quieres esperar más.
Sin embargo, eso de invertir es algo que siempre te ha quedado muy lejano y te parece muy complejo. Por eso, aún eres demasiado escéptico sobre si conseguirás tus propósitos financieros.
Tranquilo, no tienes de qué preocuparte.
Invertir es más sencillo de lo que parece. Con estos sencillos principios básicos, deberías estar en disposición de comenzar tu aventura inversora.
Contenidos
1️⃣ La inflación no es tu amiga
Lo primero que debes saber es que dejar tus ahorros debajo del colchón no es una buena idea.
Año tras año, la inflación se va comiendo buena parte de tu dinero, que va perdiendo valor y reduciendo tu poder adquisitivo.
Sin embargo, la mayoría de la población sufre de lo que se conoce como ilusión monetaria. Este concepto significa que los individuos toman sus decisiones económicas teniendo en cuenta el dinero que tienen, y no lo que pueden comprar con él.
El problema de la ilusión monetaria es que el dinero que guardamos en nuestra cuenta corriente es el mismo por mucho tiempo que transcurra. Sin embargo, los precios aumentan, de manera que nuestro poder de compra disminuye de forma significativa.
Tengamos en cuenta que, en los últimos 10 años, el nivel de precio de los bienes y productos en España, representado por el IPC, ha aumentado un 13,2%, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
Esto es equivalente a una inversión con una rentabilidad negativa acumulada del 25%, un -2,2% en términos anualizados. Sin duda, una inversión ruinosa que no recomendaríamos a nadie.
Por eso, guardar el dinero en una cuenta corriente no siempre es la opción con menos riesgo.
Como hemos visto, cuanto más tiempo se mantenga inmovilizado, más estamos perdiendo por culpa de los efectos de la inflación. De ahí la importancia de invertir, y de hacerlo en aquellos productos que superen, al menos, el nivel de la inflación.
2️⃣ Los milagros no existen, tampoco en bolsa
Existen gurús con libros superventas que prometen fuertes retornos en nuestras inversiones en unos pocos días y casi sin riesgo.
Y, desgraciadamente, son muchas las personas seducidas por las promesas de ganar mucho dinero en poco tiempo que les creen.
Sin embargo, hacerte rico de esta forma tiene la misma probabilidad que entrar en un casino y ganar apostando a la ruleta. Tienes las de perder, porque como bien reza el dicho, la banca siempre gana.
A corto plazo, los mercados son impredecibles. Hay muchos factores a tener en cuenta y prácticamente ninguno de ellos está bajo nuestro control.
Necesitarás ser un experto que haya analizado previamente todas las particularidades que rodean tu inversión, para lo cual es necesario que hayas empleado mucho tiempo y tengas suficientes conocimientos sobre finanzas.
No nos engañemos; no hay casi nadie que cumpla con este perfil. Y tú no eres George Soros ni Warren Buffett.
Por eso, es importante que veamos la inversión como un largo camino. A largo plazo, los mercados tienden a la media, y los riesgos se mitigan de manera significativa.
Si inviertes pensando en un horizonte temporal de 10, 20 o incluso 30 años, tendrás más probabilidad de ganar que de perder, e incluso de hacerte rico. Pero no esperes milagros de un día para otro, porque no existen.
3️⃣ Invierte solo el dinero que no necesites a medio plazo
Invertir es fundamental para no perder poder adquisitivo por culpa de la inflación. Pero es importante que no descuides tus finanzas personales a corto plazo.
Todos tenemos que pagar facturas, impuestos, deudas y, además, deberíamos disponer de un fondo de emergencia por si surge cualquier gasto imprevisto.
Y, por supuesto, debemos dejar algo para el ocio: salir a cenar algún que otro fin de semana, viajar, comprar tecnología, etc. A nadie le gusta vivir en una cueva aislado del mundo, ¿verdad?
Solo cuando hayas satisfecho todos estos compromisos, podrás pensar en invertir. En caso contrario, puedes acabar con problemas financieros que pongan en jaque tus finanzas personales.
4️⃣ Presta atención a las comisiones de los productos que contrates
La mayoría de inversores se fijan únicamente en las rentabilidades pasadas para decidirse por contratar un producto u otro.
Sin embargo, existen otras variables igualmente importantes que condicionan la rentabilidad, como las comisiones.
Dependiendo del producto que utilices para rentabilizar tu dinero y del tipo de inversión, tendrás que pagar unas comisiones u otras.
En el caso de los fondos de inversión, por ejemplo, no es lo mismo un fondo gestionado de manera activa que un fondo indexado que tan solo replica el comportamiento de un índice bursátil.
La diferencia puede ser bastante significativa: mientras un fondo de Amundi o Vanguard pueden tener un TER de un 0,3%, aproximadamente, los costes totales medios de un fondo de renta variable en España se sitúan, de media, en un 1,90%.
Es decir, ¡más de un 1,5% más!
A largo plazo, esta diferencia es muy significativa, ya que puede hacernos perder un 30% de la inversión a 20 años.
5️⃣ Diversifica tu inversión
Poner todos los huevos en la misma cesta nunca fue una buena idea. No existe ningún gestor que se precie que no tenga una cartera lo suficientemente diversificada y descorrelacionada.
De este modo, las pérdidas de uno de los activos en cartera se compensan con las ganancias en otro. Así los riesgos se mitigan y podemos vivir más tranquilos.
En este sentido, el instrumento ideal para diversificar son los fondos de inversión. Tengamos en cuenta que la mayoría de ellos están suficientemente diversificados, y nosotros tan solo tenemos que ser partícipes de ellos para tener una cartera formada por cientos (o miles) de empresas diferentes.
Dentro de ellos, son particularmente interesantes los fondos indexados y los roboadvisors, que replican la evolución de un índice. Con este tipo de instrumentos estamos comprando todos los valores de una vez, sin tener que hacerlo de manera individual.
En algunos casos, estamos comprando una muestra de activos lo suficientemente representativa del mundo, lo que permite el mayor grado de diversificación posible con unos costes muy bajos.
6️⃣ Define tus objetivos y tu estrategia
Entrar en el mercado para ver qué pasa es muy peligroso. Más allá de la respuesta obvia de que quieres ganar dinero, debes saber qué objetivos tienes antes de embarcarte en esta aventura.
Sobre todo, deberás saber qué rentabilidad o patrimonio objetivo quieres obtener, para qué quieres obtenerla (lograr la libertad financiera, jubilarte, comprar una casa…) y, sobre todo, en qué horizonte temporal lo quieres hacer.
Pero, además, es importante que definas bien tu nivel de riesgo.
De nada sirve querer jubilarte pronto si no eres capaz de asumir una caída más o menos significativa de los mercados. Por ello, si no duermes a pierna suelta mientras tienes tu dinero invertido, lo mejor es que optes por instrumentos más conservadores.
En definitiva, las metas tienen que ser razonables y acordes a nuestro perfil de inversión.
Si consigues establecer estos objetivos, tendrás la mitad del camino recorrido. Para la otra mitad, tan solo tendrás que mantener tu inversión a largo plazo.
7️⃣ Aprende a controlar tus emociones
Hasta hace poco, se pensaba que los agentes económicos tomaban decisiones lógicas y basadas en sus experiencias personales.
Sin embargo, desde hace un tiempo, el auge de la economía conductual ha venido a desmontar muchos de estos principios clásicos.
Muchos inversores se comportan de manera irracional con su dinero. Por ejemplo, si la bolsa cae, venden en lugar de comprar a precios más baratos; y cuando sube, compran para no perderse las ganancias de otros individuos.
Controlar tus emociones cuando inviertes es un paso muy importante pero, al mismo tiempo, uno de los más difíciles de cumplir.
La evidencia sugiere que la mejor estrategia es estar siempre invertidos (el famoso buy & hold), pase lo que pase en la bolsa.
Es la fórmula que mejor ha funcionado a lo largo de la historia, sobre todo ante la dificultad de anticipar los movimientos del mercado.
No importa cuánto sepamos sobre economía y finanzas; siempre habrá algunos obstáculos en el camino que nos hagan tomar malas decisiones.
El objetivo no debería ser cómo enfrentarte a tus emociones, porque son parte del ser humano, sino saber que existen, que están ahí y que podemos controlarlas de algún modo cuando sea necesario. Todo lo que podemos hacer es aprender de nuestros errores y tomar decisiones informadas.
☝️ Pase lo que pase, sigue tu plan
Todos estos consejos se resumen en uno: sigue tu plan financiero, pase lo que pase en el mercado.
Nadie sabe lo que va a suceder en los mercados financieros, los pelotazos no existen y no hay ninguna persona en el mundo lo suficientemente lista como para asegurarte grandes ganancias a largo plazo.
Por eso, quien mejor conoce tu situación y los riesgos que puedes asumir eres tú.
Si tu plan es realizar aportaciones periódicas todos los meses, sigue haciéndolo, pase lo que pase. Si, en cambio, has recibido una herencia y quieres invertirla de golpe, puedes hacerlo.
Mantenerse invertido será siempre la mejor opción. Y, recuerda, cuanto menores sean los costes de los productos que contrates, más posibilidades tendrás de ganar a largo plazo.
Cómo me doy cuenta que está depositado el dinero
Hola Angel, suelen indicarlo desde la plataforma de cada entidad bancaria.