Gestión pasiva vs Gestión activa: ¿Quién es el ganador?

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Cuando la gente da sus primeros pasos tras tomar la decisión de meter su dinero en un fondo de inversión se topa con muchas preguntas.

Una de las más frecuentes es sobre la estrategia de inversión, ¿mejor gestión activa o gestión pasiva?

En este artículo vamos a desgranar cada una de ellas, qué las diferencia y en qué momento es más recomendable optar por cada una.

Qué significa inversión en gestión pasiva y activa

De forma genérica podemos clasificar la manera de gestionar una cartera de inversión en activa y pasiva. Estas son sus definiciones:

  • La gestión activa es aquella en la que las decisiones de inversión se toman con criterio propio. Es decir, el equipo gestor del fondo decide en qué invertir en base a su opinión y la información de la que dispone.
  • La gestión pasiva, por su parte, lo único que busca es replicar un índice bursátil. Ese índice se convierte en la referencia y la estrategia es imitar su comportamiento.

Con el significado claro, vamos a ver un ejemplo, que siempre ayuda.

Piensa en el NASDAQ 100, un índice bursátil con los 100 valores de las empresas tecnológicas más importantes que cotizan en la bolsa de Nueva York.

Un fondo de inversión de gestión pasiva lo que haría sería comprar acciones de las 100 compañías que lo forman para conseguir replicar la rentabilidad del índice, mientras que un fondo de gestión activa solo invertiría en las empresas que, bajo su criterio, podrían ser más rentables, pero no en todas.

El objetivo de la gestión pasiva es replicar el índice, mientras que la gestión pasiva busca superarlo. Uno juega a empatar y el otro a ganar.

Vamos a ver más en detalle en qué se diferencian.

Diferencias entre la gestión activa y la gestión pasiva

Como hemos visto, la estrategia de inversión es su principal diferencia: la gestión pasiva replica un índice y la gestión activa selecciona valores para intentar superarlo, pero existen algunas más.

Comisiones

La gestión activa necesita estar al tanto de toda la información de los mercados para tomar buenas decisiones. Eso implica un mayor gasto de recursos que se refleja en unas mayores comisiones.

La gestión pasiva, mientras tanto, no necesita pensar. Su única tarea consiste en copypastear el índice. El consumo de recursos tanto humanos como materiales es menor por lo que las comisiones suelen ser más bajas.

Como siempre, debes prestar mucha atención a dónde colocas tu dinero. Existen fondos de gestión pasiva con comisiones exageradas para el servicio que ofrecen.

Del mismo modo, también hay fondos ofrecidos como gestión activa que en realidad funcionan como pasiva, aprovechando esta falsa gestión activa para cobrar comisiones muy altas.

Riesgo y rentabilidad histórica

Antes de darte una opinión sobre si es mejor la gestión pasiva o la activa (spoiler: preferimos la pasiva) vamos a analizar otros dos factores claves en cualquier inversión: el riesgo y la rentabilidad.

A mayor riesgo, mayores posibles rentabilidades; así funciona de forma general el mundo de las inversiones. La gestión pasiva busca minimizar el riesgo confiando en la rentabilidad histórica de los índices bursátiles.

Mira en la siguiente gráfica la evolución del NASDAQ-100 a 5 años. De 3.591 puntos el 17 de enero de 2014 pasó a 6.601 en el momento de escribir este artículo, 5 años después.

Rentabilidad del índice bursátil de NASDAQ 100 que intenta reflejar la diferente evolución de la gestión activa vs la gestión pasiva
Evolución del índice NASDAQ-100. Rentabilidades pasadas no garantizan resultados futuros.

Un fondo de inversión indexado que hubiera invertido siguiendo este índice habría conseguido una rentabilidad muy decente (no suelen ser iguales al índice, aunque se acercan muchísimo).

¿Y qué habría pasado si la gestión hubiera sido activa?

Esta tabla recoge el porcentaje de fondos de gestión activa, clasificados por categoría, que no han logrado superar al índice de referencia a 1, 3, 5, 10 y 15 años en Estados Unidos.

Puedes comprobar como a 10 y 15 años el benchmark termina ganando en la inmensa mayoría. Como mínimo, el 80% de fondos de inversión no logran superar el índice.

Estudio de SPIVA donde se muestra el porcentaje de fondos de gestión activa que logra superar su índice de referencia
Estudio de SPIVA donde se compara la rentabilidad de los fondos indexados vs su índice de referencia.

La gestión pasiva se suele ver como algo “mediocre” cuando en la realidad acaba superando la mayoría de fondos de gestión activa; el objetivo de la gestión activa es superar al mercado pero casi nunca consigue el deseado “beating the market

¿Cuándo es preferible la gestión activa?

Ya habíamos adelantado en el punto anterior que la gestión pasiva nos parece mejor opción en la mayoría de los casos. Sin embargo, no debemos tampoco demonizar la gestión activa.

Es cierto que al propio riesgo del mercado se añade el riesgo de gestión de la cartera pero en algunas ocasiones también puede ser una opción.

La clave está en la accesibilidad al mercado y a la información que se mueve dentro. Si tú, desde tu casa y sin apenas información ni conocimientos avanzados, compras acciones, será la suerte la que decida el rumbo de tu inversión.

Puedes ganar o perder, el azar será decisivo.

Spoiler: si no eres un experto casi seguro perderás dinero.

Algunas estadísticas hablan de un 95% de los inversores novatos perdiendo dinero a corto plazo.

George Goodman, famoso economista e inversor autor del libro “The Money Game” dejó una frase que explica esto de forma muy clara:

“Si no sabes quién eres, la bolsa es un sitio muy caro para descubrirlo”

Por suerte, los gestores de fondos tienen mucha más información y habilidad que un ciudadano medio y aplicando algunas estrategias consiguen ser de esos pocos que logran superar al mercado. Muy pocos.

Value investing, la gestión activa que mejor funciona

Una de esas estrategias es la inversión en valor, que consiste en invertir a largo plazo aprovechando los cambios de precio en las acciones a corto plazo.

Se tienen que dar varias circunstancias para que una compañía merezca una inversión:

  • Negocios comprensibles: puede parecerte una chorrada pero si vas a poner tu dinero en algo, debes poder entender cómo funciona.
  • Tendencia positiva: la perspectiva a largo plazo ha de tener buena pinta.
  • Dirigentes de confianza: cuya capacidad de gestión sea indudable.
  • Precio de cotización por debajo del denominado valor intrínseco: este valor es el precio que un inversor, con toda la información sobre la empresa a su alcance, pagaría. Esta información incluye el valor actual de futuros flujos de caja.

Esta estrategia de inversión ha sido aplicada por Warren Buffet durante décadas, y no le ha ido mal.

No hace falta decir que para cazar estas oportunidades la calidad de la información es crucial.

Warren y algunos pocos fondos parecen tener la mezcla de información y olfato ideal, pero la mayoría se tiene que conformar con perseguir al índice y no atraparlo jamás.

Si estás pensando en entrar en un fondo de inversión de gestión activa, entérate bien de qué estrategia siguenquién es el gestor y, aunque rentabilidades pasadas no sean garantía, mejor conocer qué han estado logrando.

¿Y por qué, a pesar de todo esto, se sigue invirtiendo de forma activa?

Muy buena pregunta.

En España el porcentaje de inversiones pasivas se calcula en torno al 1%, a años luz del 40% en Estados Unidos o el 20% de nuestros paisanos europeos.

¿Por qué?

Hay varias razones que explican este aparente sinsentido.

La primera es la extrema bancarización del sector en España. La gestión de fondos está en manos de la banca y eso no trae demasiadas cosas positivas.

Se ha demostrado que los fondos de inversión de bancos obtienen casi un 1% menos de rentabilidad anual que los fondos independientes. La razón es una ligera tendencia hacia la inversión en empresas con las que tienen alguna relación comercial.

A riesgo de entrar en teorías conspiranoicas, esta sobreponderación se explica por posibles acuerdos. Por ejemplo, si un banco hace un préstamo a una gran empresa, a cambio le puede ofrecer “tenerla más en cuenta” en sus fondos de inversión.

El mismo estudio comprobó cómo, al cambiar de dueños, los mismos fondos mejoraban su rendimiento, ¿casualidad?

La conclusión es clara: si vas a invertir en un fondo de gestión activa, que no sea de un banco. En cualquier caso, aquí te dejamos algunos ejemplos de los fondos más conocidos.

Ejemplo de un profesional gestionando activamente una cartera de inversión

Ejemplos de fondos de inversión de gestión activa y pasiva

Fondos de gestión activa

La inversión en valor (value investing) está muy de moda, pero en realidad la mayoría de capital está en fondos que gestionan bancos, y como ya hemos visto, eso no nos termina de convencer.

Entre los fondos de las gestoras independientes de value investing se encuentran, por ejemplo:

  • Amiral Gestion – Sextant Grand Large A (FR0010286013)
  • Azvalor – Azvalor Internacional FI (ES0112611001)
  • CobasAM – Cobas Grandes Compañías FI (ES0113728002)
  • Magallanes – Magallanes Microcaps Europe C FI (ES0159202003)

Fondos de gestión pasiva

La referencia de la gestión pasiva y la filosofía Boglehead son los fondos Vanguard. Llevan décadas siéndolo y manejan un volumen que no ha parado de crecer desde su todavía reciente llegada a España. También son muy conocidos los Amundi y los Pictet.

Algunos ejemplos de sus fondos son:

  • The Vanguard Group – Vanguard Global Stock Index Fund Investor EUR Acc (IE00B03HCZ61)
  • Amundi Index Solutions – Amundi Index MSCI Europe AE-C (LU0389811885)
  • Pictet – Pictet USA Index P EUR (LU0474966164)

📌 Nota: Estos son una pequeña muestra de ejemplos de fondos de gestión pasiva y activa. En realidad hay centenares de opciones distintas entre las que escoger, especialmente en gestión activa.

Robo-advisors de gestión pasiva y gestión activa

Si el objetivo de la inversión pasiva es replicar un índice es de esperar que sea algo muy automatizable, algo que una máquina pueda hacer.

Sin embargo, también en la gestión activa los avances tecnológicos han facilitado mucho la tarea de invertir.

Todo es gracias a unas plataformas que funcionan con algoritmos llamadas robo-advisors, o gestores automatizados, capaces de tomar decisiones en base a tus objetivos de inversión, ya sea activa o pasiva.

Estos son algunos de ellos. Puedes hacer clic para visitar el análisis a fondo de nuestros favoritos:

Conclusión: ¿cuál es mejor?

Según nuestra opinión, existen razones de peso para decantarse por la gestión pasiva, al menos a medio y largo plazo.

Solo tienes que ver la tabla publicada por Spiva para certificar que las probabilidades de batir al mercado a largo plazo son muy bajas, casi inexistentes.

En más detalle, la combinación de fondos de inversión indexados con robo advisors nos parece una muy buena opción para invertir, tanto en rentabilidad como en comisiones.


Fuentes:
SPIVA
Bloomberg
The Road Less Traveled

Aurelio Jiménez

Aurelio Jiménez es Economista, lleva más de una década como profesor de Economía, además de ser copywritter especializado en temas financieros. En su larga trayectoria como economista y divulgador financiero ha escrito para entidades como BBVA, Rankia y El Blog Salmón, entre muchas otras. En total ha escrito más de 3.000 artículos, la mayoría sobre temas de economía, ahorro e inversión. Linkedin

2 comentarios en «Gestión pasiva vs Gestión activa: ¿Quién es el ganador?»

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