La mayoría de inversores que se lanzan al apasionante mundo de la bolsa tienen un mismo objetivo: batir al mercado a largo plazo y lograr rentabilidades por encima de las que este consiga.
Sin embargo, a lo largo de la historia, son muy pocos los que han conseguido obtener resultados satisfactorios y muchos menos quienes han alcanzado rentabilidades extraordinarias durante mucho tiempo, lo que les ha valido para catapultarse como los mejores inversores de la historia.
Aunque las estrategias empleadas son diferentes en cada caso, todos ellos tienen algo en común: constancia, disciplina, talento y, por qué no decirlo, quizá también algo de suerte.
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➡️ Warren Buffett
Para la gran mayoría de expertos, Warren Buffett (1930) es el mejor inversor de la historia.
Conocido como el Oráculo de Omaha, su ciudad natal, los rendimientos que ha obtenido a través de su sociedad de inversión, Berkshire Hathaway, no tienen parangón en ningún momento histórico.
En concreto, Buffett ha conseguido una rentabilidad media anual sustrayéndole dividendos reinvertidos del 13% durante 55 años utilizado la que para algunos es la mejor estrategia de inversión en bolsa: el Value investing.
Sus excelentes resultados le han servido para figurar de una manera destacada en el ranking de las mayores fortunas del mundo que periódicamente publica la revista Forbes, año sí y año también.
Sus conferencias anuales, celebradas en Omaha, junto a su compañero Charlie Munger, se han convertido en lugar de peregrinación de muchos inversores value que intentan replicar o, al menos, acercarse, a los resultados del bueno de Warren.
➡️ Charlie Munger
Compañero inseparable de Warren Buffet, Charlie Munger (1924) alcanzó la fama por ser el vicepresidente de Berkshire Hathaway.
Se estima que Munger llegó a obtener una rentabilidad media anualizada del 19,8% anual entre los años 1962 y 1975, período durante el cual el Dow Jones se revalorizó una media del 4,9% anual.
Evidentemente, la clave de su éxito se explica, al igual que en el caso de Buffett, por su capacidad para encontrar compañías basándose en la calidad del negocio y en sus ventajas competitivas.
Un enfoque value que también le ha hecho entrar en la lista Forbes de las personas más ricas del mundo, aunque lejos de su compañero de fatigas.
➡️ Benjamin Graham
Benjamin Graham (1894-1976) es considerado como el padre de la inversión value.
El propio Warren Buffett reconoció que Graham fue quien le proveyó con una sólida estructura intelectual para la inversión, proporcionándole las bases financieras que le han servido para convertirse en lo que es hoy en día.
A grandes rasgos, Graham dedicaba parte de su tiempo a analizar minuciosamente el estado financiero de las empresas que le resultaban atractivas, identificando el precio objetivo en función de su valor real.
Uno de sus libros, El inversor inteligente, es considerado como la biblia del value investing, y su filosofía y estilo de inversión todavía son replicadas por millones de inversores de todo el mundo.
➡️ Peter Lynch
La fama de Peter Lynch (1944) se debe fundamentalmente a su etapa de gestor del fondo Fidelity Magellan Fund.
Entre 1977 y 1990, Lynch consiguió, a través de este fondo, una rentabilidad anualizada del 29,2% y, bajo su control, el fondo pasó a gestionar más de 14.000 millones de dólares, frente a los poco más de 2 millones con los que comenzó.
Además, Lynch puede presumir de haber escrito alguno de los libros de inversión más afamados y vendidos del mundo.
En Un paso por delante de Wall Street, su best seller más conocido, Lynch explica su filosofía de inversión de una forma sencilla y adaptada para todos los públicos.
➡️ John Bogle
Aunque John Bogle (1929-2019) no es estrictamente un inversor, su influencia sobre las bases de la inversión no tienen discusión, al menos tal y como se entendían hasta los años 70.
Revolucionó la industria de los fondos de inversión, al sentar las bases de la gestión pasiva que tan de moda ha estado en los últimos años.
En 1974 fundó Vanguard, que actualmente es la segunda gestora más grande del mundo en términos de activos gestionados, solo por detrás de Blackrock.
Un año después fundó el primer fondo indexado de la historia, una idea vanguardista y revolucionaria en su tiempo que democratizó el acceso a la inversión para pequeños ahorradores y cambió la industria para siempre.
➡️ Philip Arthur Fisher
Phillip Fisher (1907-2004) es considerado como el padre de la inversión growth, una estrategia que se basa en invertir en aquellas compañías que tienen un fuerte potencial de crecimiento a medio y largo plazo.
Su filosofía se basaba en buscar buenas oportunidades de crecimiento y con excelentes perspectivas de expansión.
Particularmente, Fisher se enfocaba en empresas tecnológicas, y más concretamente, en aquellas compañías con amplios márgenes de beneficios y que destinasen buenas cantidades de dinero a investigación y desarrollo.
➡️ John Templeton
Si John Bogle es el padre de los fondos indexados, John Templeton (1912-2008) es considerado como el creador de los fondos de inversión modernos.
Su máxima en inversión era aplicar, en la medida de lo posible, la estrategia de comprar barato y vender caro, maximizando de esta forma la rentabilidad.
En 1954 creó Templeton Funds, una compañía de inversiones estadounidense cuya estrategia se definía por la globalización y la diversificación.
Destacaba por escoger aquellos activos de diferentes países para tener una cartera suficientemente diversificada, algo que en su época no era algo tan fácil ni habitual.
De hecho, fue uno de los primeros inversores en seleccionar acciones del mercado japonés siendo norteamericano.
➡️ George Soros
Es uno de los nombres más conocidos de esta lista, aunque más que un inversor, Georges Soros (1930) ha destacado por su faceta de especulador.
En 1992, en su operación más conocida y relevante, Soros ganó mil millones de libras en un solo día, el miércoles negro, manteniendo una gran posición en corto de la libra, obligando al Banco de Inglaterra a devaluar su valor.
Además de su enorme éxito especulando con el valor de las divisas, Soros ha estado a la cabeza del fondo de inversión Quantum, obteniendo una rentabilidad media anual de más de 30% durante el tiempo que estuvo gestionándolo.
➡️ Carl Icahn
Carl Icahn (1936) es un líder en el activismo corporativo. Fue recordado por haber liderado una OPA hostil sobre la aerolínea TWA.
Se le considera uno de los inversores más exitosos dentro del value investing, aunque su filosofía iba un poco más allá: invertir en compañías infravaloradas si percibe que tienen un precio bajo debido a una mala gestión de la misma.
Además, el objetivo de comprar acciones no era únicamente obtener buenas rentabilidades, sino ser parte de los consejos de administración de las compañías para cambiar a los ejecutivos por otras personas que cree van a hacer que la empresa tenga más éxito.
Forma parte de la lista Forbes como una de las fortunas más elevadas del mundo, con más de 18.000 millones de dólares.
➡️ Walter Schloss
Walter Schloss (1916-2012) fue uno de los discípulos más distinguidos de Benjamin Graham.
Obtuvo una rentabilidad media anualizada del 15,3% durante 50 años, venciendo con solvencia al mercado, que solo había conseguido un 10% si tenemos en cuenta la rentabilidad media del Índice S&P 500 de Estados Unidos.
Fue un fiel creyente de la diversificación, llegando a tener más de 100 acciones diferentes, lejos de ser una cartera concentrada. Su filosofía era más bien cuantitativa, y se fijaba únicamente en los números, a diferencia de otros como Buffett, que adquirieron un enfoque más cualitativo.
➡️ Joel Greenblatt
A pesar de no ser un inversor tan conocido como los anteriores, la rentabilidad que ha obtenido Joel Greenblatt (1957) no ha tenido prácticamente precedentes a lo largo de la historia.
Durante 16 años, obtuvo un rendimiento por su cartera de un excepcional 30,8% a través de sus fondos Gotham Funds.
En su libro “El pequeño libro que bate al mercado”, nos enseña cómo comenzar de manera adecuada en bolsa, además de detallar una fórmula mágica, que consiste en la combinación de dos factores muy sencillos para batir consistentemente al mercado y ganar en bolsa: el EV/EBIT y el ROIC.
➡️ Joseph Piotroski
Profesor de contabilidad por la Universidad de Stanford, Joseph Piotroski también ha conseguido batir al mercado durante un período de tiempo bastante importante.
Su método de inversión nace de la necesidad de mejorar un ratio que, hasta aquel momento, había sido muy importante para los inversores en valor: el Price/Book Value o valor en libros de la compañía.
Así, consiguió establecer un método de clasificación de empresas que se basaba en 9 factores, que permitía separar de forma fácil aquellas empresas que él llamaba ganadoras de aquellas otras que deberías desestimar.
Gracias a ello, consiguió obtener una rentabilidad anualizada de más del 23% durante 20 años consecutivos.
➡️ Jim O’Shaughnessy
James O’Shaughnessy (1960) es el fundador de O’Shaughnessy Asset Management.
Al igual que alguno de sus colegas inversores, su análisis se basaba en el aspecto puramente cuantitativo, es decir, en los números, planteando el precio de la acción como señal de compra, unido a otros aspectos fundamentales como el valor en libros de la compañía.
Gracias a su modelo, O’Shaughnessy logró obtener una rentabilidad media anual de un 17,1% durante el nada despreciable período de 42 años.
➡️ David Dreman
El término más acuñado para referirse a la estrategia de inversión de David Dreman (1936) es el de contrarian, es decir, como alguien que mantiene una opinión opuesta a la de la mayoría.
Influenciado por sus malos resultados con un enfoque growth, invirtiendo en empresas de crecimiento, dio un giro radical y optó por llevar a cabo la estrategia de invertir en empresas baratas, es decir, una estrategia de deep value investing.
Además, Dreman se caracterizaba por una enorme disciplina y autocontrol, algo muy necesario cuando adoptas una estrategia contraria a la de la mayoría de inversores que, por cierto, le valió para obtener una rentabilidad media anual de un 16,6% durante 11 años.
➡️ Martin Zweig
La estrategia de inversión de Martin Zweig (1942-2013) era, a priori, sencilla: obtener a largo plazo un rendimiento superior al de la media del mercado, optimizando los momentos en que estar dentro y fuera de los mercados y realizando una correcta selección y asignación de los activos que componían su cartera.
Gracias a la combinación de una serie de indicadores a nivel macroeconómico, técnico y estacionales, Zweig consiguió superar ampliamente la rentabilidad del mercado en un período amplio de tiempo, ya que, durante 15 años, consiguió una rentabilidad media anual de un 15,9%.
➡️ John Neff
John Neff (1931-2019) estudiaba de manera concienzuda cada inversión. Según sus propias palabras, su estilo de inversión se basaba en 3 pilares básicos: el carácter, los objetivos más la técnica y la experiencia, definiéndose a sí mismo, al igual que Dreman, como un inversor contrarian.
Su estilo de inversión es muy apropiado para inversores a largo plazo que buscan solidez en la cartera y rentabilidad en periodos amplios de tiempo.
Gracias a esta estrategia, Neff consiguió obtener una rentabilidad media anual de un 13,7% durante 31 años.
➡️ Francisco García Paramés
El único inversor español de la lista y uno de los pocos europeos, Paramés (1963), es también uno de los más jóvenes.
Ferviente defensor de la filosofía del value investing y de la escuela austriaca del ciclo económico, es conocido como el Warren Buffett español por replicar su estrategia de inversión y obtener, igual que el oráculo de Omaha, unos excelentes resultados, aunque sin llegar a sus rentabilidades.
Es también un ávido lector y ha redactado recientemente un libro: Invirtiendo a largo plazo, mi experiencia como inversor, donde narra su experiencia como inversor y explican la filosofía que ha aplicado durante años para obtener una muy buena rentabilidad de manera consistente, año tras año, siendo la cabeza visible de una de las gestoras de más éxito españolas, Cobas.