Fondo de emergencia: ¿Qué es y para qué sirve?

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Llegas con lo justo a fin de mes. Un buen día, tienes un pequeño accidente con tu coche y tienes que llevarlo al taller. 

Ves la factura y, sorprendido, te das cuenta de que no tienes suficiente dinero en tu cuenta bancaria para pagarla.

¿Qué haces? 

Lo más sencillo es recurrir a la deuda, y como el tiempo apremia, acudes al prestamista que más rápido te conceda un préstamo, que probablemente será tu banco. 

Respiras aliviado, sin darte cuenta de que te acabas de endeudar y de que tendrás que pagar una nueva factura en los próximos meses. 

Si volvieses a tener un imprevisto, lo más probable es que tuvieses que recurrir a nueva deuda.

Y así una vez. Y otra. Y otra…

Sin darte cuenta, terminas entrando en una espiral de deuda de la que te va a resultar muy difícil salir y que, además, probablemente se lleve por delante todo tu esfuerzo ahorrador.

Y todo ello por no haber tomado precauciones con anterioridad. 

Un fondo de emergencia o colchón financiero habría sido la solución, algo muy sencillo de llevar a cabo y que te puede ahorrar muchos quebraderos de cabeza por culpa del dinero.

Símil de un fondo de emergencia financiero

➡️ Qué es un fondo de emergencia

Un fondo de emergencia es una cantidad de dinero que se reserva en una cuenta bancaria o en un depósito diferente a tu cuenta habitual con el objetivo de hacer frente a imprevistos.

Esta “hucha” tiene que cumplir dos propiedades para que el fondo de emergencia sea realmente eficaz: por un lado, que esté separada de tus cuentas habituales y, por otro, que sea de fácil acceso, por si tenemos que recurrir a ella.

Su función es protegernos de todos aquellos gastos no esperados que pueden suceder en nuestro día a día y que pueden dar al traste con nuestra planificación financiera.

Es, por tanto, un colchón para gastos inoportunos compuesto por nuestros propios ahorros con un objetivo muy concreto: recurrir a él en caso de verdadera necesidad.

✅ Qué productos son mejores para tu fondo de emergencia

Antes de comenzar a constituir tu fondo de emergencia, deberás elegir el producto financiero que crees que va a servir mejor a este propósito

Este producto tiene que ser de fácil acceso, con total disponibilidad, sin riesgos y, por supuesto, sin costes (o con los menores costes posibles).

Una buena idea es ingresarlo en un depósito a la vista o en una cuenta remunerada

Ambos permiten disponer de tu dinero cuando quieras, se contratan fácilmente, no tienen riesgos y, en algunos casos, ofrecen una cierta rentabilidad por tus ahorros (aunque es cierto que cada vez más baja).

También existen algunas cuentas bancarias que ofrecen servicios pensados para constituir un fondo de emergencia, como los espacios de ahorro. 

En ellos, podemos fijar un objetivo a alcanzar y el sistema calculará automáticamente el porcentaje pendiente para llegar a la meta. Es una opción interesante, ya que parece que el banco nos está “retando” para alcanzar ese objetivo cuanto antes.

El problema de esta alternativa es que, normalmente, forma parte de la misma cuenta en la que tenemos domiciliada nuestra nómina y los principales recibos, por lo que la tentación de sacar el dinero es diaria.

❌ Qué productos NO son adecuados para tu fondo de emergencia

Algunas personas, en lugar de contratar un depósito o una cuenta remunerada, deciden constituir su fondo de emergencia mediante productos de inversión, como un fondo de inversión o incluso en acciones de grandes compañías.

A priori, parece una buena idea. Si es un dinero que va a estar parado durante un tiempo indeterminado, ¿por qué no invertirlo y así evitar los efectos nocivos de la inflación?

Sin embargo, y aunque nosotros somos firmes defensores de la inversión, lo cierto es que ningún producto de este tipo es adecuado para un fondo de emergencia

De hecho, no existe un producto de inversión que sea, al mismo tiempo, cien por cien líquido, libre de gastos y sin riesgo.

Un fondo de inversión o las acciones de una compañía son productos con elevada liquidez, pero hay que pagar comisiones por ellos y, desde luego, no están exentos de riesgos.

Los títulos de deuda pública, en cambio, son productos sin riesgo y sin gastos, pero su liquidez no es inmediata.

Por eso, hay que tener en cuenta cuál es el objetivo de cada euro que entra en nuestra cuenta bancaria: es importante separar bien la parte del ahorro que se dedica a inversión de la parte que se dedica a dotar de dinero al fondo de emergencia.

➡️ Tu colchón financiero de emergencia deberá estar en un producto LÍQUIDO y SEGURO.

🏗 Cómo constituir tu fondo de emergencia paso a paso

Una vez elegido el producto, hay que saber cómo vamos a aportar los fondos

Si bien hay muchas técnicas para lograr el objetivo, lo ideal es realizar una transferencia automática a principios de mes, una vez recibamos la nómina, a la cuenta donde vayamos a tener este ahorro disponible.

A nivel psicológico, esta estrategia, conocida como preahorro, es mucho más efectiva. Tu aportación mensual es, en realidad, un gasto básico, como la hipoteca o el pago del gas o la electricidad, solo que en lugar de reducir tu saldo, en realidad lo está aumentando.

Está más que comprobado que es mucho más fácil adaptar tus gastos a tu nuevo saldo disponible que esperar a fin de mes y aportar el dinero que hayas conseguido mantener en tu cuenta: lo más probable es que, por el camino, hayas gastado lo que te quedaba y, un mes más, tu fondo de emergencia continúe vacío.  

🗓 ¿Cuánto debería aportar mensualmente al colchón financiero?

Cada persona es diferente y cada planificación financiera un mundo completamente distinto.

Por eso, la cantidad que deberías aportar a tu colchón de emergencia depende, en cualquier caso, de tus circunstancias particulares y de tu dinero disponible.

No obstante, sí que podríamos hablar una cantidad mínima recomendada. La mayoría de expertos cree que es importante ahorrar en torno al 20% de la renta disponible y si puede ser más, mucho mejor.

➡️ Nuestra recomendación es que para tener unas finanzas de hierro, lo prioritario es construir tu fondo de emergencia. Por lo tanto, si aún no lo tienes, deberás destinar todo lo que ahorres a crearlo.

¿Y cuánto deberías tener en el fondo de emergencia? Sigue leyendo para descubrirlo.

💶 ¿Cuánto debería tener en mi fondo de emergencia?

Aunque no existe un consenso generalizado, muchos asesores financieros recomiendan tener un fondo de emergencia que cubra entre tres y seis meses de gastos básicos.

En ellos se incluye la hipoteca o el alquiler de nuestra vivienda, la cuota de los demás préstamos, comida, el pago de los principales suministros, seguros, colegios, ropa y el resto de gastos imprescindibles.

Es decir, si por ejemplo, tenemos unos gastos básicos de 1.000 € al mes, el importe que deberíamos alcanzar con nuestro fondo de emergencia debería ser de, como mínimo, 3.000 €, y es recomendable que llegase a 6.000 €.

¿Es esta una cifra realista? Pues lo cierto es que sí.

En la siguiente tabla puedes comprobar cuánto tiempo tardarías en constituir tu fondo de emergencia (en meses) en función de tus aportaciones mensuales y tu objetivo final.

En verde tienes la cantidad que puedes ahorrar cada mes y en azul tu objetivo de fondo de emergencia. El resultado son las cifras en negro, que indican el número de meses que necesitarás para conseguirlo:

Aportación
 mensual ↓
Objetivo
1.000 € 2.000 € 3.000 € 4.000 € 5.000 € 10.000 € 15.000 € 20.000 €
100 € 10 20 30 40 50 100 150 200
200 € 5 10 15 20 25 50 75 100
300 € 3 7 10 13 17 33 50 67
500 € 2 4 6 8 10 20 30 40
600 € 2 3 5 7 8 17 25 3
750 € 1 3 4 5 7 13 20 27
900 € 1 2 3 4 5 11 17 22
1.000 € 1 2 3 4 5 10 15 20

Como puedes ver, en muchos casos necesitaremos menos de dos años para lograr el objetivo, incluso con aportaciones bajas. 

🧰 Cuándo resulta útil un colchón financiero

Hay muchas circunstancias en las que resulta útil un colchón financiero.

Las más habituales son una avería en el coche, un tratamiento médico con el que no contabas, la reposición de un electrodoméstico estropeado o una multa de tráfico.

Sin embargo, hay otras ocasiones en las que también resultará útil para aliviar tus finanzas personales. Por ejemplo, podemos utilizarlo para amortizar deuda y, de esta manera, pagar menos intereses. 

En cualquier caso, cuando utilicemos el dinero del fondo de emergencia conviene ir reponiéndolo cuanto antes. Los riesgos de volver a sufrir otro gasto imprevisto están siempre presentes.

Lo importante, tal y como hemos apuntado, es ser constante, pacientes y, sobre todo, evitar tentaciones para no retirar el dinero si realmente no es una urgencia.

Aurelio Jiménez

Aurelio Jiménez es Economista, lleva más de una década como profesor de Economía, además de ser copywritter especializado en temas financieros. En su larga trayectoria como economista y divulgador financiero ha escrito para entidades como BBVA, Rankia y El Blog Salmón, entre muchas otras. En total ha escrito más de 3.000 artículos, la mayoría sobre temas de economía, ahorro e inversión. Linkedin

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