Actualmente, en plena incertidumbre, es normal que surja la pregunta de si es buen momento para invertir. Pero, si te paras a pensarlo, no es la primera vez que te haces esa pregunta.
De hecho, te la haces constantemente, independientemente de la situación económica. Hoy, te contamos por qué siempre es buen momento para invertir.
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👉 El futuro es incierto
Antes de hablar de si es buen momento o no para invertir, hay que hablar sobre el futuro.
Al fin y al cabo, cuando invertimos, estamos pensando en el futuro y en cómo vamos a poder hacer que nuestros ahorros crezcan a lo largo del tiempo.
Y lo cierto es que el futuro… No se puede predecir.
Sé que con esto no te estoy descubriendo nada, pero, cuando se trata de inversiones, parece que se nos olvida.
El futuro no se puede predecir y, por tanto, es imposible saber si es buen o mal momento para invertir.
Quizá mañana las acciones de Bolsa se hundan un 10% o suban un 10%. Es imposible saberlo y las probabilidades de que suceda una cosa u otra están al 50%.
Ahora bien, que sea imposible predecir el futuro (especialmente a corto plazo) no significa que no podamos intuir una tendencia general a largo plazo.
A largo plazo, la economía mundial mejora. Generalmente, esto implica que la economía de todos los países mejora. Pero, incluso aunque no mejore en todos ellos, en términos globales, la economía mejora.
Y, si la economía mejora, mejoran las Bolsas.
Esto, por supuesto, a largo plazo.
❌ No hagas market timing
A consecuencia de lo anterior, podemos decir sin temor a equivocarnos que, a largo plazo, sí es un buen momento para invertir.
Pero no porque el momento actual sea especial, sino porque cualquier momento es buen momento para invertir a largo plazo. Como se suele decir:
«Time in the market is better than timing the market»
Es decir, mejor estar más tiempo dentro del mercado que intentar predecir el mejor momento para entrar. Es por ello que te recomendamos que no hagas market timing.
Market timing es como llamamos al hecho de tratar de entrar cuando el mercado está barato y salirse cuando está caro.
Lo más probable si haces esto es que te pierdas las subidas, te asustes por la pérdida, entres, y, en ese momento, haya una caída.
Siempre pasa. Es la ley de Murphy.
Es por ello que es mejor tener un pan un poco más tranquilo y no querer maximizar las ganancias asumiendo mayores riesgos.
Entre otras cosas, porque no es necesario para obtener buenas rentabilidades.
Está claro: sabemos con seguridad que a largo plazo las Bolsas subirán. Sabemos que no podemos predecir su comportamiento a corto plazo.
¿Por qué perder el tiempo intentando lo imposible en vez de apostar a lo seguro?
❌ No hagas stock picking
Hay una segunda derivada del hecho de que no podamos predecir el futuro, y es que no podemos saber qué sectores lo harán mejor, qué empresas entre ellas lo harán mejor, qué eventos positivos o negativos les afectarán, etc.
Y, si crees que puedes aventurar qué sectores y qué empresas lo harán bien o mal, piensa en un evento como la pandemia que hemos vivido y cómo ha alterado por completo los planes que muchos inversores tenían (y que parecían razonables).
En cualquier momento puede llegar un evento que lo cambie todo.
Y si eres de los que creía que las FAANG iban a subir y estás respondiendo a lo anterior con “bueno, en mi caso sí acerté”, es que estás mirando el dedo y no la luna: en cualquier momento puede haber un evento al mismo nivel que la pandemia y que afecte únicamente a las tecnológicas.
¿Cuál? Imposible de saber. Es imposible predecirlo. Precisamente ese es el punto de este artículo y estas líneas: la incertidumbre del futuro es inerradicable.
No tenemos que tratar de resolverla, sino de surfearla.
De lo anterior se deduce que no merece la pena hacer stock picking (stock picking es como nos referimos al hecho de seleccionar valores tras estudiar sus subyacentes), porque es imposible saber cuál lo hará bien y cuál lo hará mal.
Hay toda una teoría acerca de cómo elegir valores de forma aleatoria tiene el mismo o incluso mejor rendimiento que la elección basada en diferentes sesudas estrategias, y cómo esa selección de valores aleatoria suele batir a los fondos de inversión.
No nos vamos a detener más en ello. Con lo que se ha explicado hasta ahora, queda claro que no debes hacer stock picking y tampoco market timing. Ambas cosas por la misma razón: porque es imposible predecir el futuro.
✅ Invierte diversificado en sectores, geografías y tiempos
Lo que hemos comentado en los apartados anteriores tiene algunos corolarios, que podemos reducir a tres tipos de diversificaciones: sectorial, geográfica y temporal.
Con las dos primeras, salvamos el hecho de no saber qué comprar.
Con la tercera, salvamos el hecho de no saber cuándo comprar.
Vamos a verlas una a una para entender mejor a qué nos estamos refiriendo:
1️⃣ Diversificación sectorial
En primer lugar, debemos tener una buena diversificación sectorial. Esto significa que no debemos estar atados a un sector en concreto de la economía (turismo, tecnológicas, materias primas, farmacéuticas…).
Puesto que no sabemos qué sector lo va a hacer mejor, lo mejor que podemos hacer es tener un poco de cada uno de ellos, de forma que nos beneficiamos de la subida total del mercado.
2️⃣ Diversificación geográfica
Del mismo modo, no sabemos qué países lo van a hacer mejor y cuáles lo van a hacer peor.
Como hemos dicho, a largo plazo, la economía global sube, por lo que deberíamos evitar invertir en uno o dos países y deberíamos hacerlo en tantos como sea posible.
Diversificando geográficamente, podremos acercarnos a la rentabilidad global de la renta variable al mismo tiempo que reducimos el riesgo de que tal o cual país lo haga mal por cualquier motivo.
3️⃣ Diversificación temporal
Por último, está la diversificación temporal. Es decir, invertir periódicamente sin importar a qué niveles esté el mercado.
De esta forma, sí, es cierto, invertiremos, a veces, cuando el mercado esté muy caro. Pero también invertiremos cuando esté muy barato.
Con esta diversificación temporal, obtendremos la rentabilidad media del mercado. Y si, además, cuando cae el mercado aprovechamos para invertir más de lo habitual, superaremos ligeramente la media del mercado.
➡️ La mejor forma de hacerlo: Fondos indexados y ETFs
Este no es un artículo acerca de fondos indexados y ETFs, por lo que no nos vamos a detener mucho en este punto. Lo único que queremos decir es que, para cumplir con lo anterior y estar bien diversificado (y también con lo que señalaremos en el siguiente y último apartado), lo mejor es apostar por los fondos indexados o ETFs.
Son productos que ya, de por sí, están diversificados. Así que lo único que tendremos que hacer es construir una cartera global e invertir periódicamente.
📌 Más allá: la cartera permanente
Lo que hemos explicado anteriormente es válido para el mercado de acciones. Suponiendo que quieras invertir en renta variable, lo mejor que puedes hacer es tener esa triple diversificación. De esa forma, evitarás riesgos.
Pero eso deja de lado otro hecho que se debe tener en cuenta: en ocasiones, todo el mercado de renta variable se contrae.
Y, de nuevo, puesto que es imposible predecir el futuro, tampoco tenemos forma de saber cuándo va a pasar.
Lo que sí sabemos es que, cuando eso sucede, hay otros activos que se revalorizan (el oro y los bonos, por ejemplo).
Las razones económicas por las que esto sucede no son el tema de este artículo, pero te basta con saber que hay buenas razones económicas para que eso suceda.
El caso es que, una vez tenemos clara la importancia de la diversificación para enfrentarnos a la incertidumbre del futuro, apostar por la cartera permanente puede ser una buena opción para sobreponerse a este riesgo de contracción de la totalidad del mercado de renta variable.
¿Y qué es la cartera permanente?
La cartera permanente es un modelo de cartera creado por Harry Browne que se basa en tener el capital distribuido en cuatro grandes tipos de activos: 25% en renta variable, 25% en oro, 25% en efectivo y 25% en renta fija. Tan simple como eso.
Una vez transcurra el año, revisamos qué porcentajes ocupan ahora los diferentes tipos de activos, y rebalanceamos para volver a tener 25% de cada uno de ellos. En caso de que, durante el año, algún activo supere el 35% o baje del 15%, también rebalanceamos.
Más allá de eso, la operativa debería ser la misma que la mencionada en el apartado anterior: invertir periódicamente y de forma distribuida en las distintas partes de la cartera permanente, con los rebalanceos mencionados.
De esta forma, podremos tener una cierta protección frente a los eventos futuros negativos (también cuando ese evento es la contracción completa del mercado de renta variable) y nos podremos beneficiar de los positivos.
Como puedes ver, si vas a invertir a largo plazo, lo cierto es que es irrelevante en qué momento decidas hacerlo.
Tu dinero va a estar capitalizando y, dentro de dos décadas (por ejemplo), la crisis que te atemoriza no será más que un pequeño bache en tu camino hacia la acumulación de capital.