La pandemia de la COVID-19 está causando verdaderos estragos en los mercados financieros.
Nadie duda ya que la parálisis económica ocasionada por el coronavirus va a provocar en sí misma toda una recesión económica, que incluso puede llegar a ser una depresión si se extiende mucho en el tiempo.
Sin ir más lejos, en España, el primer trimestre del año arrojó una caída del PIB del 5,2%, la mayor de la historia en tan solo tres meses, y eso que solo se han tenido en cuenta los últimos 15 días de marzo de estado de alarma.
Esta circunstancia se ha trasladado rápidamente a los mercados financieros, que ya habían descontado una recesión sin precedentes a nivel mundial. De hecho, el temor a esta nueva crisis ha llevado a muchos inversores a liquidar sus posiciones de forma prematura, especialmente por miedo a mayores caídas.
No en vano, el patrimonio en fondos de inversión domésticos se redujo un 10,54% en marzo con respecto al año pasado, según datos de Inverco.
Por el contrario, el nivel de depósitos de familias y empresas ha registrado máximos, hasta sumar en marzo los 1,12 billones de euros, un 2% más que en febrero. La cifra supone un nuevo récord de la suma de efectivo en cuentas corrientes y depósitos a plazo, según datos del Banco de España.
En China se afirma que las crisis son oportunidades.
Y hay quien ve en las caídas de los mercados un buen momento para invertir. Atendiendo a los resultados históricos, parece que esta crisis no será muy diferente de las demás, y que incluso puede tener una recuperación rápida.
La gran pregunta enconces es: ¿estamos ante el mejor momento de nuestras vidas para empezar a invertir?
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La caída de la bolsa en el primer trimestre del año, entre las mayores de la historia
El año 2020 va camino de convertirse en uno de los peores años de los mercados en términos de rentabilidad. Sin ir más lejos, el IBEX, el principal selectivo español, perdió solo en el mes de marzo un 22,21%, siendo el peor mes de su historia. Hasta principios del mes de abril, las caídas fueron del 28,94%, lo que ha supuesto el peor trimestre en la historia del selectivo.
Pero la situación no es única de España. El coronavirus ha dejado pérdidas históricas en todas las bolsas mundiales.
En Asia, el Nikkei se desplomó un 20% en tres meses. En Europa, la renta variable perdió más de un 23%, por encima del peor trimestre de la crisis financiera de 2008. Y en Wall Street, el revés rondó el 18%.
Ni siquiera el petróleo se ha librado de este shock.
El pasado 20 de abril, el barril de West Texas Intermediate (WTI), el que se utiliza como referencia en Estados Unidos, cotizó en negativo por primera vez de su historia.
Su precio cerró ese día en -37,50 dólares, movido a la baja por una saturación en la oferta, que ha hecho que no haya espacio material para colocar las reservas, o que sea tan caro que los inversores prefieran vender sus contratos de futuro en lugar de mantenerlos.
Sin embargo, la mayoría de expertos consideran que estas correcciones han sido excesivas. De hecho, muchos de ellos pensaban que la bolsa cotizaba a precios demasiado elevados y, ahora, tras las caídas, encuentran muy buenas opciones de inversión.
La recuperación de las bolsas tras las principales crisis de la historia
Los mercados tienden al crecimiento. Lo más habitual es que la tendencia de las bolsas sea alcista, aunque a veces se producen caídas que corrigen los periodos de exuberancia.
Así ha ocurrido a lo largo de la historia, y si nos ceñimos al crecimiento mundial, las bolsas siempre han acabado subiendo en cualquier época y circunstancia.
Pero, ¿cómo se han recuperado las bolsas a lo largo de la historia? Estos son los momentos de mayores crisis que se recuerdan.
➡️ La Gran Depresión de 1929
El crack del 29, también conocida como la Gran Depresión, fue la mayor caída de la historia del mercado de valores de Estados Unidos.
Después de una serie de cinco años en los que el Dow Jones Industrial Average (DJIA) incrementó su valor en cinco veces, el 28 de octubre de 1929 el mercado cayó un 12,8% y, al día siguiente, lo hizo en torno a un 12%.
Esos días fueron conocidos como el Lunes Negro y el Martes Negro, y provocaron la quiebra de muchas familias que habían invertido en bolsa animados por las subidas vividas en años anteriores.
El mercado tardó mucho tiempo en recuperarse. Hasta los años 50 del siglo pasado, el DJIA no consiguió recuperar el valor perdido durante el crack del 29.
Eso sí, tras superar una serie de acontecimientos históricos, entre los cuales destaca la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, el índice no ha parado de subir hasta alcanzar máximos históricos el mes de febrero.
➡️ La crisis del petróleo de 1973
Fue la primera crisis de la historia provocada por un shock en la oferta, y un punto de inflexión en las teorías económicas keynesianas que tan buenos resultados habían dado hasta ese momento.
La crisis del petróleo de 1973 comenzó el 16 de octubre de ese año, después de que la OPEP decidiese no exportar más petróleo a los países que habían apoyado a Israel durante la guerra del Yom Kipur.
Entre 1973 y 1974, el S&P 500 cayó en torno a un 50%. Sin embargo, la recuperación fue rápida, y en 1975 ya había recuperado el valor perdido.
Eso sí, la inflación de esos años fue elevada como consecuencia de este shock de oferta, lo que hizo que el poder adquisitivo de los inversores disminuyera de manera significativa.
➡️ La burbuja de las puntocom
Fue la primera gran crisis vinculada a las empresas tecnológicas. Entre 1997 y 2001, se produjo una fuerte corriente especulativa en algunos valores relacionados con Internet, que tan de moda habían estado esos años.
Terra fue el ejemplo paradigmático en España. La filial de Internet de Telefónica aumentó su cotización como la espuma entre 1999 y 2000, de 11,81 euros con los que debutó en bolsa a los 157 euros tan solo un año después.
En Estados Unidos, el Nasdaq alcanzó su máximo en marzo del año 2000. Desde ese día, y hasta septiembre de 2001, perdió el 71% de su valor. Hasta 2015 no recuperó su valor pero, en la actualidad, el mercado se ha revalorizado un 645% desde su punto más bajo, en torno a un 11,14% anualizado.
➡️ La crisis de 2008
Es la última crisis recordada por todos. El 15 de septiembre de 2008, el banco de inversión Lehman Brothers quebraba, y se llevaba por delante a toda la economía mundial.
La recesión ya venía gestándose desde hace bastantes años, como consecuencia de la crisis de las hipotecas subprime.
Las bolsas cayeron un 50% entre 2007 y 2009. Pero en 2012 ya había recuperado su valor de 2008, y desde su punto más bajo, el S&P 500 se ha revalorizado un 275%, es decir, un 11,64% anualizado.
🚀 Los mejores días del mercado se producen en situaciones de incertidumbre
Hemos visto que después de las crisis más importantes del último siglo, las bolsas consiguieron recuperarse de una forma más o menos rápida.
Por eso, lo importante es permanecer invertido en estos momentos de incertidumbre, pase lo que pase.
Si no es así, corremos el riesgo de perdernos algunos de los mejores días del mercado, que aunque parezca contradictorio, se producen a lo largo de estos períodos de incertidumbre.
El caso del S&P 500 es paradigmático. Si nos fijamos en los mejores días del mercado de este índice de los últimos quince años, vemos que las mejores rentabilidades se han producido, precisamente, en medio de la tormenta, concretamente en medio de la crisis de 2008 y la crisis del coronavirus.
Mayores subidas S&P 500 | % | Peores caídas S&P 500 | % |
13/10/2008 | 11,58% | 16/03/2020 | -11,98% |
28/10/2008 | 10,79% | 12/03/2020 | -9,51% |
24/03/2020 | 9,38% | 15/10/2008 | -9,03% |
13/03/2020 | 9,29% | 01/12/2008 | -8,93% |
De hecho, el 23 de marzo de 2020 se produjo el nivel más bajo del S&P 500 desde enero de 2017, después de una caída del 33% en tan solo un mes. Desde ese momento, el índice ha crecido en torno a un 30%, y ya se encuentra en niveles de hace un año.
Eso sí, para ser honestos, las mayores caídas también se han producido durante esas fechas, así que conviene no perder la calma en estos momentos. Una vez amainada la tormenta, lo más probable es que veamos aumentar la rentabilidad.
Las alternativas a la bolsa no son tan eficientes
A todo ello hay que sumar que no hay alternativas interesantes para la bolsa a largo plazo.
Cuando se producen momentos de incertidumbre como el actual, algunos inversores suelen refugiarse en activos de renta fija, como los bonos de países con elevada calidad crediticia y otros bonos corporativos.
Sin embargo, los bajísimos tipos de interés que en la actualidad rigen el mercado hacen que este tipo de inversiones apenas den rendimientos.
Tan solo el oro es una alternativa de inversión en tiempos de incertidumbre. Históricamente, el oro ha sido favorecido cuando existe volatilidad en el mercado financiero o incertidumbre económica, y ahora coexisten ambos.
Aunque, eso sí, todo hace indicar que cuando la pandemia esté controlada y la economía vuelva a crecer, que todo hace indicar que sea rápido, el oro volverá a tener su importancia relativa dentro de los mercados financieros.
📈 La recuperación económica del coronavirus
Aunque es complicado hacer previsiones a medio y largo plazo sobre la evolución de los mercados mundiales, lo cierto es que la mayoría de analistas prevén una recuperación diferente a la de otras crisis económicas.
Muchos expertos auguran una recuperación en forma de “V”, es decir, con una caída abrupta y un crecimiento igualmente rápido.
JP Morgan, el banco de inversión más importante del mundo, cree que la recuperación será rápida, y precisamente por eso recomienda invertir en renta variable.
Otros bancos de inversión no son tan optimistas. Amundi, el banco de inversión más grande a nivel europeo, anticipa una recuperación más lenta, aunque creen que lo peor ya ha pasado.
En cualquier caso, el 23 de marzo parece que la bolsa registró su punto más bajo y, desde entonces, ha comenzado una tendencia alcista.
¿Qué estrategia de inversión seguir?
Si eres inversor novato y ya te has decidido a invertir, lo más probable es que te estés preguntando por dónde empezar.
Pues bien, como cualquier inversor que en su momento comenzó sin saber muy bien cómo, lo primero, y más importante, es determinar tu nivel de riesgo y tu asignación de activos.
Si eres un inversor con mucha aversión al riesgo, tendrás que optar por una estrategia más conservadora, con una exposición mucho mayor a renta fija que a renta variable. Y, por supuesto, tu asset allocation debería servirte para que tu cartera esté lo suficientemente diversificada, tanto por tipo de activo, como por área geográfica y sectorial.
En el momento en que tengas conformada tu cartera, es momento de buscar el producto que mejor encaje con tus características.
Nuestra recomendación es que inviertas a través de fondos indexados, ya que te permitirán acceder a una gran variedad de activos diferentes de diversas áreas geográficas a nivel mundial.
Sus ventajas son más que evidentes:
- Productos suficientemente diversificados: con una inversión reducida, puedes comprar un conjunto de activos suficientemente diversificados a nivel mundial. De hecho, la inversión en un solo fondo que invierta a nivel mundial, como alguno que replique el MSCI World o el MSCI ACWI, constituye en sí mismo una cartera ya de por sí diversificada a nivel mundial.
- Con bajos costes: los fondos indexados y los roboadvisors son instrumentos de inversión con bajos costes, ya que su gestión se reduce a replicar el índice. Bajas comisiones hacen que aumente la rentabilidad de la inversión de forma directa.
- Ideales para aportaciones periódicas: si nuestra estrategia de inversión se basa en aportaciones periódicas, los fondos indexados son un producto ideal. No suelen tener comisiones de suscripción, y así podemos reducir la volatilidad propia de este tipo de contexto de incertidumbre.
- Una estrategia a largo plazo: como ya hemos visto, la bolsa sigue una tendencia alcista a largo plazo. Además, podemos aprovechar mejor el potencial del interés compuesto. Y los fondos de inversión son ideales si queremos seguir esta senda, entre otras cosas por su favorable tratamiento fiscal.
A todo ello hay que sumarle que la mayoría de los fondos de inversión de gestión activa no consiguen batir a sus índices de referencia.
Si a ello le sumamos que las comisiones son mucho mayores en este tipo de productos que en el caso de los fondos indexados y los roboadvisors, la ecuación es bastante favorable para estos productos de bajos costes.
Como ya hemos visto, en todas las épocas históricas, las bolsas no solo se han recuperado de las crisis, sino que han seguido subiendo.
Por tanto, este es un buen momento para invertir, igual que lo ha sido siempre, con la ventaja de que esta crisis parece que va a tener una recuperación bastante rápida, y que la bolsa ofrece en la actualidad descuentos muy atractivos.