Cada vez que hay una crisis o en política necesitan algún enemigo externo, se pone el foco en las SICAV. Son el patito feo de los vehículos de inversión. Pero, por supuesto, casi nadie sabe qué son.
Hoy trataremos de aportar un poco de luz en este asunto.
Te contamos todo lo que debes saber sobre las SICAV.
¡Vamos allá!
Contenidos
➡️ ¿Qué es exactamente una SICAV?
Lo primero que hay que decir es que SICAV significa “Sociedad de Inversión de Capital Variable”, por lo que el propio nombre ya nos está indicando, en buena medida, para qué sirve.
La SICAV es un tipo de sociedad que sirve para invertir y cuyo capital puede variar. Es una cierta descripción, pero aún incompleta.
¿Qué más podemos decir?
Bueno, lo cierto es que una SICAV es una sociedad de inversión colectiva que permite a sus accionistas gestionar adquisiciones o compras, custodia, disfrute, administración o venta de cualquier tipo de activo (desde inmobiliario hasta acciones, pasando por renta fija, arte…).
No es poca cosa: básicamente, permite la gestión total de un patrimonio dado a través de la sociedad, que, además, no es de una única persona.
Es muy importante entender que es un vehículo de inversión colectiva. Están diseñadas para que varias personas inviertan de forma conjunta.
Aunque, a día de hoy, existen algunos trucos legales para utilizarlas de forma individual (aunque no es algo muy recomendable, lógicamente).
De hecho, son, precisamente, estas triquiñuelas legales las que han hecho que muchas personas se posicionen en contra de las SICAV.
Pero nosotros no vamos a entrar a juzgar eso. Este artículo no tiene ese objetivo. Nosotros te contamos qué son y cómo funcionan las SICAV. Nada más.
🔍 ¿Cómo funciona una SICAV?
Ya lo hemos explicado un poco en el apartado anterior, pero hacemos hincapié: Las SICAV funcionan como empresas dedicadas a la inversión.
Las SICAV, puesto que son empresas, pueden estar abiertas a todos los públicos (incluso cotizar en los mercados de valores), en cuyo caso podrás comprar participaciones de la misma, o pueden ser sociedades limitadas, en cuyo caso no puedes entrar como accionista.
Lo más habitual, no obstante, es lo segundo, puesto que es un vehículo de inversión que utilizan las grandes fortunas para gestionar su patrimonio (y, obviamente, no desean que un desconocido entre a formar parte de ello).
Una vez uno sea accionista de una SICAV, puede votar las decisiones que se toman (como sucede con cualquier otra empresa) y disfrutar de los beneficios que genere la SICAV. Y, si se es el accionista mayoritario, se puede decidir el futuro de la SICAV y qué tipo de inversiones se hacen.
En suma, no funciona de una forma diferente a cualquier otra empresa (porque, al fin y al cabo, es una empresa más).
👉 Características de las SICAV
Vamos a ver ahora algunas de las características especiales que tienen las SICAV. Verás que hay algunos puntos que son susceptibles de manipulación y de los trucos legales antes mencionados. No obstante, como dijimos, no entramos en valoraciones.
Estas son las características de las SICAV:
1️⃣ Número de accionistas
El número de accionistas que debe tener una SICAV es de 100 o más personas.
Como dijimos, existen trucos legales para sortear esto, pero, a priori, una SICAV debería tener 100 accionistas o más.
2️⃣ Capital mínimo
El capital mínimo necesario para crear una SICAV es de, como mínimo, 2,4 millones de euros. Como ves, no es una cantidad que esté accesible a cualquier persona particular.
Por ello, cuando hablamos de SICAVs “unipersonales”, siempre son de gente con una gran fortuna.
No obstante, recuerda que el número de accionistas, en principio, es de 100 como mínimo.
Así, no resulta una cantidad tan espectacular, puesto que, si cada uno pusiera 24.000€, ya se alcanzarían esos 2,4 millones de euros (y 24.000€ es un ahorro razonablemente frecuente en España).
3️⃣ Política de inversión
Las SICAVs tienen un margen de maniobra en cuanto a inversiones razonablemente alto, aunque deben establecer la estrategia de inversión y el tipo de activos en los que se va a invertir de antemano.
No obstante, más allá de este requisito, lo cierto es que las SICAVs pueden invertir en una gran variedad de activos tanto mobiliarios como inmobiliarios, razón por la cual son muchas las personas con una razonable riqueza que apuestan por este vehículo de inversión.
4️⃣ Órgano de administración
Las SICAVs, a diferencia de los fondos de inversión y otras instituciones de inversión colectiva no requieren de una Sociedad Gestora, sino que se gestionan a través del Consejo de Administración, como sucede con cualquier otra empresa.
Y, como también sucede en cualquier otra empresa, este Consejo de Administración es elegido y aprobado por la Junta General de Accionistas.
Hay que destacar que lo anterior no es óbice ni cortapisa para que una gestora especializada como la de los fondos de inversión se haga cargo de la SICAV.
De hecho, muchas SICAVs, desde la Junta General de Accionistas, deciden colocar a una gestora para encargarse de las inversiones.
Simplemente, no es algo obligatorio ni que se dé en todos los casos.
Además, hay que señalar que la Ley de Sociedades Anónimas marca un mínimo de 3 personas para que se forme el Consejo de Administración, y estas personas deben tener un mínimo de 2 años de experiencia en los mercados financieros.
5️⃣ Papel de la CNMV
Las SICAV no pueden formarse así como así. No es tan fácil como crear empresas al uso. Para poder crear una SICAV, hay que registrarla y contar con el visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (la CNMV).
Para que la CNMV mantenga aprobada nuestra SICAV, deberemos remitirle nuestros folletos completos y simplificados, un informe anual, cuentas anuales, informes trimestrales y semestrales, cualquier hecho relevante y las participaciones significativas.
De esta forma, la CNMV podrá controlar de forma efectiva lo que estamos haciendo con nuestra SICAV, por si, en algún momento, tiene que tomar cartas en el asunto.
✂️ Tributación: ¿Cuántos impuestos pagan las SICAV?
Y llegamos al punto que convierte a las SICAVs en vehículos de inversión tan atractivos (y, al mismo tiempo, tan denostados por los políticos más populistas): la fiscalidad.
Las SICAVs no tienen que pagar el Impuesto de Sociedades normal, que ronda el 25%. Las SICAVs únicamente tributan el 1% sobre el beneficio anual (contando las plusvalías como beneficio).
Es decir, que, si tienes una SICAV de 5 millones de euros y consigues una rentabilidad del 10%, únicamente pagarías el 1% de 500.000€, es decir, 5.000€. Nada mal, ¿verdad? Y más teniendo en cuenta que, de ser una empresa “normal”, tendrías que pagar muchísimo más.
No obstante, a pesar de que puede resultar sorprendente un tipo tan bajo, lo cierto es que no es algo exclusivo de las SICAVs. Todas las Instituciones de Inversión Colectivas tienen aproximadamente la misma tributación.
Además, hay que mencionar que ese dinero, para mantener esa tributación, no puede salir de la SICAV. Es decir, si los partícipes quieren retirar parte del dinero para disfrutarlo, en ese momento tienen que pagar IRPF.
Para aquellas personas que consideren que esta forma de fiscalidad supone algún tipo de agravio comparativo, puede ser interesante hacer una breve explicación de cómo el inversor en SICAVs sigue sujeto a una presión fiscal muy elevada:
Imagina que compras el 10% de una empresa valorada en, digamos, 1000 millones de euros. Pagas 100 millones de euros por el 10% de la empresa. Esa empresa obtiene un beneficio de 100 millones al año.
Como tienes el 10% de la empresa, te tocan 10 millones de euros. Sin embargo, la empresa tiene que pagar su propio Impuesto de Sociedades. Así que, de esos 10 millones de euros, quedan 7,5 millones (aproximadamente).
Después, tienes que pagar tu propio 1% por los beneficios de la SICAV. Ya son 7,425 millones. Y, ahora, cuando retiras el dinero de la SICAV, debes tributar al 23% por IRPF. En total te quedan 5,71 millones.
Es decir, la presión fiscal final es de cerca del 45%.
Por eso, cuando se invierte en un vehículo de inversión colectiva, se suele recomendar no retirar el dinero para no tener que pasar por Hacienda.
⚖️ Ventajas e inconvenientes de las SICAV
Para terminar, echemos un vistazo a las principales ventajas y desventajas que tienen las SICAVs respecto a otros vehículos de inversión:
Ventajas
Veamos, primero, las ventajas de las SICAVs:
- Fiscalidad reducida. La principal ventaja de las SICAVs, naturalmente, es su fiscalidad reducida. Como dijimos, no tendremos que tributar más que un 1% mientras no retiremos el dinero de la SICAV.
- Permite diferir el pago de impuestos. Al igual que sucede con los fondos de inversión y con los planes de pensiones, las SICAVs nos permiten diferir el pago de impuestos. Es decir, no nos libraremos de tener que pagar cuando recuperemos el dinero para disfrutarlo, pero podremos atrasar al máximo ese momento.
- Estrategias de inversión propias e independientes. En las SICAVs no existe una única forma de inversión. Cualquiera de estas sociedades puede determinar la forma óptima para realizar sus inversiones, con las cantidades, activos y estrategias que estime oportunos.
- Liquidez (si se desea). Otro punto interesante de las SICAVs es que pueden cotizar en el mercado secundario, lo que permite que sus acciones tengan una liquidez razonablemente alta. Lógicamente, esto siempre es positivo (aunque, en según qué casos, puede resultar irrelevante).
Desventajas
Y, ahora, echemos un ojo a las desventajas de las SICAVs:
- Impacto fiscal por traspaso. El primer problema es que, una vez quieres recuperar el capital de tu SICAV, tienes que pasar por Hacienda, con un coste razonablemente alto. Esto es común a todas las Instituciones de Inversión Colectivas, pero en otras (por ejemplo, fondos de inversión), es más fácil hacer traspasos entre fondos sin tener que pasar por Hacienda. Pero hay una excepción, una SICAV podrás ser traspasable como los fondos de inversión si tiene más de 500 partícipes.
- Sólo opera en territorio español. Otro problema es que las SICAVs son un producto propio de España, que no está disponible en otros países. Por tanto, si se desease traspasar la SICAV a fuera de España, no habría forma de hacerlo. Habría que liquidar la empresa, y, lógicamente, eso tendría un importante impacto fiscal.
- Importes. Naturalmente, los 2,4 millones de capital inicial que se necesitan para iniciar la SICAV son importante impedimento para la mayoría de los ahorradores.
- Número de socios. Alcanzar los 100 socios tampoco es algo sencillo, porque, aunque 24.000€ no es una cantidad demasiado complicada, sí es difícil que una persona tenga 100 personas de confianza con quienes embarcarse juntos en una aventura inversora.
👫 Los 100 accionistas
Alcanzar los 100 accionistas para una SICAV es complicado y, además, existen tretas que acaban dando mala fama a este vehículo de inversión.
Lo normal es que una sociedad gestora anuncie que lanza su SICAV y abra un período de suscripción de participaciones, de forma que se llegue a los 100 accionistas o más.
Pero lo cierto es que también se pueden plantear otras fórmulas, todas ellas perfectamente legales. Nosotros nos vamos a centrar en la más sencilla:
Imagina que eres una persona con un capital de 2,5 millones de euros, suficientes para crear una SICAV. Pero tú no puedes crear una SICAV unipersonal. Necesitas 99 accionistas más.
Pero… En ninguna parte se dice que todos tengáis que tener el mismo número de acciones.
Así que lo que puedes hacer es dividir la SICAV entre 250.000 acciones de 10€, y que cada una de esas 99 personas compren una acción. Así, tú tienes 249.010€ en acciones de tu SICAV, mientras que los demás accionistas, en total, suman 990€.
Normalmente, hay gestoras y empresas especializadas en conseguir estas personas para hacer de “falsos accionistas” (en el argot financiero se les llama “mariachis”), por lo que tú ni siquiera tienes que preocuparte de hacer la búsqueda.
Como puedes ver, las SICAV pueden ser un vehículo de inversión ciertamente complicado para el común de los mortales, puesto que reunir 100 accionistas no es tarea sencilla.
Ahora bien, si lo logramos, podemos beneficiarnos de uno de los regímenes fiscales más interesantes para nuestro patrimonio.