Diferencias entre tarjetas de débito y de crédito

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En el mundo de los bancos, hay un producto que destaca por encima de todos los demás: la tarjeta. 

Ahora bien, la tarjeta puede ser de débito o de crédito. ¿Sabes cuál es la diferencia? 

Hoy te explicamos en qué se diferencian las tarjetas de débito y las de crédito.

💳 ¿Qué es una tarjeta de débito?

Una tarjeta de débito es una tarjeta que está asociada a una cuenta bancaria, de modo que, cuando hacemos una compra con ella, el dinero que nos haya costado se descuenta automáticamente de los fondos que tenemos disponibles en la cuenta.

De lo anterior se deduce que sólo puedes gastar el dinero que tienes en tu cuenta bancaria, porque, si la cantidad que quieres pagar excede la cantidad de dinero que tienes en tu cuenta bancaria, el pago no se puede realizar.

Además, existen algunas otras limitaciones, que tienen que ver con asuntos de seguridad. Por ejemplo, no se pueden hacer pagos muy grandes diarios, para evitar que, en caso de robo o uso fraudulento de la tarjeta, te suponga un coste elevado.

No obstante, estas limitaciones no tienen que ver en sí mismo con el funcionamiento de la tarjeta sino con medidas de seguridad que establece el banco (además, a menudo, este límite de gasto que tiene la tarjeta de débito puede cambiarse para ajustarlo a nuestras necesidades diarias).

💳 ¿Qué es una tarjeta de crédito?

La tarjeta de crédito, por su parte, es una tarjeta que está asociada a una cuenta bancaria, pero que no exige que ésta tenga fondos para realizar compras

En este caso, cuando hacemos una compra con una tarjeta de crédito, estamos contrayendo una deuda a corto plazo con el banco.

Evidentemente, la cantidad de dinero que puedes pedir prestada a través de una tarjeta de crédito no es infinita. 

Tiene limitaciones en función de tu solvencia (esto es algo que tendrás aclarado con el banco de antemano y será información disponible en los detalles del contrato que hayas firmado en relación a la tarjeta).

Generalmente, las tarjetas de crédito permiten hacer compras sin que la cuenta bancaria se resienta, pero deducen el dinero de la cuenta a final de mes. 

Algunos bancos cobran intereses desde el primer momento en que se utiliza la tarjeta de crédito, pero lo más habitual es que, si al final de mes, cuando van a retirar el dinero de tu cuenta bancaria, ven que tienes saldo disponible y pueden cobrarlo, no te cobren intereses.

En cambio, cuando, en el momento del pago (a final de mes) no hay dinero en la cuenta bancaria, los intereses que se cobran en las tarjetas de crédito son muy altos. Es por ello que conviene ir con cuidado al hacer compras con una tarjeta de crédito.

Además, las tarjetas de crédito permiten hacer compras a plazo, de forma que, por ejemplo, podamos comprar algún mueble o electrodoméstico que necesitemos en casa asumiendo varios pagos mensuales más una tasa de interés.

📌 Entonces… ¿Cuáles son sus principales diferencias?

Aclarado en qué consiste cada tipo de tarjeta, vamos a echar un vistazo a cuáles son las diferencias más destacables (aunque, con lo mencionado anteriormente, probablemente ya está bastante claro):

1️⃣ Propiedad de los fondos

La primera diferencia está en quién tiene la propiedad de los fondos que se utilizan para realizar la compra.

En el caso de las tarjetas de crédito, los fondos a los que recurrimos al hacer una compra no son nuestros, sino que son del banco. Cuando hacemos una compra, deducimos parte del monto que el banco tiene destinado para darnos crédito, pero ese dinero no es nuestro. El banco nos lo presta.

En el caso de las tarjetas de débito, el monto de dinero al que se recurre para hacer el pago es el de nuestra cuenta asociada a la tarjeta. Cuando pagamos, el dinero se descuenta automáticamente de nuestra cuenta, de forma que no contraemos ninguna deuda.

2️⃣ Modalidades de pago

La segunda diferencia radica en las modalidades de pago

En el caso de las tarjetas de crédito, existen varias modalidades de pago (en realidad, sería más propio hablar de modalidades de “reembolso” del dinero que nos han prestado). 

En este sentido, podemos optar por el pago total a final de mes, que no suele tener intereses, o el pago a plazos, que tiene unos intereses elevados.

En el caso de la tarjeta de débito no hay modalidades de pago, puesto que la única opción es pagar todo lo que exige la compra en el momento y ese dinero se deduce automáticamente de la cuenta bancaria.

3️⃣ Importe máximo

En tercer lugar, tenemos el importe máximo como diferencia entre tarjetas de crédito y de débito.

En el caso de las tarjetas de crédito, el límite que podremos gastar será el que marque nuestra línea de crédito. Asimismo, la línea de crédito dependerá de la confianza que tenga en nosotros el banco y cuánta solvencia crea que tenemos. 

Así, si el banco nos da una línea de crédito de 5.000€, esa será la cantidad máxima que podremos gastar.

En el caso de las tarjetas de débito, el límite que podremos gastar serán los fondos que tengamos en la cuenta bancaria asociada (más allá de los límites por razones de seguridad que tenga la tarjeta). 

Así, si tenemos 10.000€ en la cuenta bancaria, podremos gastar esos 10.000€.

4️⃣ Disponibilidad de efectivo en cajeros

La cuarta diferencia es la disponibilidad y posibilidad de sacar dinero en efectivo de cajeros.

En el caso de las tarjetas de crédito podemos sacar dinero de los cajeros sin problemas (hasta el máximo que nos permita nuestra línea de crédito). 

Pero tendremos que tener presente que se nos cobrarán comisiones, incluso si sacamos el dinero en un cajero de nuestro propio banco.

En el caso de las tarjetas de débito, es muy frecuente que sea gratis sacar efectivo en cualquier cajero propiedad del banco e, incluso, cuando el cajero pertenece a otro banco (en cuyo caso, quizá, haya que retirar una cantidad mínima para que no se apliquen comisiones).

5️⃣ Seguros gratuitos

La quinta diferencia tiene que ver con los seguros disponibles y su gratuidad (o no).

Así, las tarjetas de crédito acostumbran a tener incluidos diferentes tipos de seguros, como seguros de viaje, de accidente o de protección frente a fraudes durante las compras online. 

Además, a menudo, estos seguros son gratuitos y van incluidos en el propio servicio de la tarjeta de crédito.

En el caso de las tarjetas de débito, es muy poco común que el banco nos ofrezca, junto a ella, algún tipo de seguro, más allá de los obligatorios (los seguros obligatorios son seguros anti-fraude de los que, en la práctica, te beneficias muy poco –salvo si te roban los datos de la tarjeta, claro).

6️⃣ Otras ventajas

Existen, también, algunas otras diferencias que no entran dentro de un único campo, sino que son varias ventajas que englobamos en un único apartado.

En este sentido, encontramos que las tarjetas de crédito pueden tener multitud de ventajas, como sistemas de fidelización por puntos, devolución de parte de las compras o sistemas de descuentos en comercios acordados por los bancos con los comercios en sí.

En cambio, las tarjetas de débito no acostumbran a tener este tipo de ventajas adicionales, más allá de algunos descuentos en gasolineras (e, incluso en éstas, los descuentos son menores y cada vez es más difícil conseguir uno con una simple tarjeta de débito).

7️⃣ Requisitos de contratación

Por último, están las diferencias en cuanto a requisitos de contratación.

Como puedes suponer, al ser una tarjeta que nos permite que nos presten dinero, las tarjetas de crédito acostumbran a tener requisitos más elevados

Generalmente, nos concederán la tarjeta de crédito si llevamos tiempo en el banco, si no tenemos deudas o si acreditamos unos ingresos mínimos.

Las tarjetas de débito, por su parte, apenas tienen requisitos y, generalmente, una vez abres una cuenta bancaria, te regalan la tarjeta de débito sin mayores requisitos. Al fin y al cabo, para el banco, el riesgo de darte una tarjeta de débito es prácticamente nulo.

👉 ¿Qué tipo de tarjeta me interesa más?

Y, ahora, el tema final: ¿Me interesa una tarjeta de débito o de crédito? ¿Cuál debería utilizar habitualmente? ¿Es recomendable mantener ambas?

Lo primero que tienes que entender es que no tienes que elegir entre una u otra. Puedes tener las dos sin problemas. Sin embargo, tienes que tener mucho cuidado con la tarjeta de crédito, porque puedes meterte en deudas difíciles de soportar.

En general, para la inmensa mayoría de la gente, nuestra recomendación es destruir la tarjeta de crédito automáticamente tan pronto como se recibe y darla de baja. 

Por la simple razón de que la mayoría de la gente tiene serios problemas para controlar sus gastos y, si tienes una línea de crédito, la vas a usar.

Es mejor acabar con ese riesgo de raíz no disponiendo de esa tarjeta.

Ahora bien, si sí tienes capacidad de control, puede ser útil. Sin ir más lejos, te permite tener unos seguros gratuitos que siempre vienen bien. Ese es un punto positivo. 

Además, también te puede servir si algún día tienes que hacer una compra, no tienes dinero, pero prevés que a final de mes sí vayas a tener (por ejemplo, porque te ingresen la nómina).

Sin embargo, tienes que ser consciente de lo que decíamos: la tarjeta de crédito puede conducirte a gastar más de lo necesario y a endeudarte

Así que, quizá, lo más recomendable sea disponer de ella y comprobar si durante ese tiempo gastas más de lo necesario o, incluso, si acabas endeudándote.

Si es así, deberías prescindir de la tarjeta de crédito. Sin deudas se vive mucho más tranquilo.

Como ves, las tarjetas de crédito y de débito son bien diferentes, y conviene no confundirlas. De lo contrario, nuestras finanzas personales pueden verse seriamente afectadas. 

Si no eres bueno controlando tus gastos, lo mejor que puedes hacer es destruir tu tarjeta de crédito y limitarte a usar la de débito.

Aurelio Jiménez

Aurelio Jiménez es Economista, lleva más de una década como profesor de Economía, además de ser copywritter especializado en temas financieros. En su larga trayectoria como economista y divulgador financiero ha escrito para entidades como BBVA, Rankia y El Blog Salmón, entre muchas otras. En total ha escrito más de 3.000 artículos, la mayoría sobre temas de economía, ahorro e inversión. Linkedin

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